Cada vez con más frecuencia podemos encontrar la presencia de los acompañantes terapéuticos en las instituciones educativas, familiarizándonos  progresivamente con su figura. Sin embargo, aún hoy, a veces no queda del todo claro lo que le incumbe al AT dentro de la escuela y esto puede llevar a confusiones en las acciones que se le demandan.

Como mencionamos a grandes rasgos en la publicación anterior (Leer más en https://teacompanamos.com.ar/el-acompanamiento-terapeutico-en-ninos/) el AT es un profesional auxiliar de la salud NO docente. El rol del AT en la escuela comprende funciones específicas con los niños y niñas que requieren contención afectiva, emocional y conductual debido a sus necesidades especiales para desempeñarse en la escuela con sus pares y docentes. 

Por lo tanto… ¿Qué cosas SÍ le corresponden? 

• Ayudará al paciente en la adaptación a situaciones de ansiedad y a tolerar frustraciones inevitables que ocurrirán en lo cotidiano de la escuela. 
• Atiende a los aspectos afectivos, vinculares y sociales por encima de los aprendizajes escolares. Podrá colaborar con aspectos académicos pero no es su función específica. Por ejemplo, al identificar factores que están obstaculizando lo académico puede comunicarlo al equipo y docentes para realizar las adaptaciones necesarias. 
• Permitirá amortiguar angustias, fomentar la capacidad de escucha, de espera y de tolerancia a la frustración, favorecer la socialización, el juego, la integración con otros o generar espacios que prevengan la desorganización del niño o niña. 

Todos ellos aspectos que si bien no tienen relación directa con el aprendizaje, si pueden funcionar como factores que intervienen en el proceso de aprendizaje. 

En síntesis, teniendo en cuenta la resolución 728/13 de la Dirección General de Cultura y Educación, el accionar del acompañante/asistente externo dentro de la escuela está dirigido a la atención, asistencia y/o apoyo personal, a propiciar relaciones vinculares y también a la contención física o emocional del alumno cuando este lo requiera. 

¿Qué cosas NO le corresponden al AT? Por confusión o desconocimiento de la especificidad del rol del AT puede suceder que:

• Se le pida que corrija las tareas del niño/a.
• Delegar la enseñanza de los contenidos.
• Que se haga cargo del aula en algún momento.
• Creer que va a “vigilar” al niño/a para que exclusivamente se “porte bien”
• Pedirle que haga de “guardián o policía” que controle al niño. 

Por lo tanto, es necesario que el AT cuente con el apoyo y respaldo necesario que evite confusiones en su rol y lo que se espera de su presencia en el ámbito escolar (si querés saber más sobre esto ingrese en http://teacompañamos.com.ar). Sin ello, queda afectada la posibilidad de potenciar los avances en los objetivos de tratamiento del niño/a. En este contexto, dentro del equipo adquiere una gran importancia la figura del Coordinador que se encarga de asumir esta función, entre otras. De esta manera, llegamos nuevamente al punto en el cual nos es imposible pensar el trabajo del AT en forma aislada, por el contrario, siempre integrando un equipo y siendo acompañado.